En todos los centros de transformación de energía se trabaja por y para el suministro de energía a las personas. Sin embargo, la energía hay que contenerla de manera adecuada para que no cause daños a la sociedad.
En este artículo vamos a arrojar un poco de luz sobre los posibles riesgos que entrañan las instalaciones eléctricas. Todo ello con el fin de prevenirlos y educar en materia de seguridad para prevenir daños innecesarios.
Los riesgos eléctricos
El riesgo eléctrico consiste en la posibilidad de que la corriente eléctrica pase por el cuerpo humano. Esta corriente puede acarrear graves daños en la salud de las personas. La gravedad del daño va estar determinado por la intensidad de la corriente eléctrica con la que hayamos estado en contacto.
Estas son las consecuencias respecto a la intensidad de la corriente:
Cuando la intensidad oscila entre los 0,5 y 1,6 mA la sensación de corriente es muy débil.
Cuando se trata de 10 a 25 mA podemos hablar de consecuencias como la contracción muscular o tetanización, que es a lo que comúnmente se denomina “quedarse pegado”.
Si la corriente eléctrica comprende los 25 – 75 mA podemos hablar de daños que afectan al sistema respiratorio, produciéndose una posible parálisis.
Si se encuentra entre los 70 y los 100 mA los daños pueden acarrear una fibrilación cardíaca irreversible.
Por encima de los 4 A se producen paros cardíacos y quemaduras graves.
Otros de los efectos por corriente eléctrica son: fibrilación ventricular, paro respiratorio y asfixia, quemaduras internas y electrolisis de la sangre en corriente continua.
Contacto directo
Entramos en contacto directo cuando tocamos con el cuerpo los elementos conductores de la electricidad que están en tensión. Un ejemplo son los cables de alta tensión que podemos ver por las calles.
Contacto indirecto
Por otro lado, si tocamos elementos conductores que normalmente no deberían estar en tensión, podemos hablar de contacto indirecto. Por ejemplo, tocar una lavadora y entrar en contacto con la corriente por una falta de prevención eléctrica en las instalaciones.
Es importante respetar las distancias de seguridad ante estos elementos puesto que debemos aprender que no es necesario entrar en contacto con el elemento. Basta con que estemos lo suficientemente cerca para que nos pase la corriente.
Siempre debemos disponer de los elementos de protección a la hora de manipular elementos que funcionen con electricidad.
Riesgos en obras civiles
Cuando trabajamos en obras que están en constante contacto con elementos eléctricos, debemos mantener las distancias de seguridad. Tampoco se nos pueden olvidar los elementos de protección individual (EPIs) cuando realizamos este tipo de trabajos.
Algunas obras en las que hay que prestar especial atención son las siguientes:
- Viaductos cruzados por líneas aéreas.
- Operaciones con grúas, camiones o retroexcavadoras.
- Montaje de elementos auxiliares o andamios en las proximidades a líneas aéreas.
- En la construcción de carreteras altas cercanas a líneas aéreas.
- En las excavaciones de zanjas por una posible instalación eléctrica subterránea.
¿Cuáles son entonces las distancias de seguridad?
Todo depende de los kilovoltios (kV) de potencial eléctrico ante los que nos expongamos:
- Con menos de66 kV la distancia de seguridad es de 3 metros.
- Con más de 66 kV la distancia de seguridad es de 5 metros.
- Con más de 220 kV la distancia de seguridad es de 7 metros.
Es importante seguir estas recomendaciones puesto que ya hemos visto que los daños pueden ser irreversibles.
La seguridad de las personas es lo primero y como centro de transformación nos dedicamos a ofrecer toda la información necesaria para evitar los perjuicios derivados de las corrientes eléctricas.