Todos los hogares españoles pecan de un malgasto energético considerable: en todas las viviendas se gasta más energía de la que se consume. Son muchos los electrodomésticos que se quedan en suspensión en lugar de apagados y esto supone un incremento en la factura de un 2%. El coste de la electricidad conlleva un gran desembolso en las familias españolas.
Los electrodomésticos que más potencia necesitan son la calefacción, el lavavajillas el horno, la cocina vitrocerámica y el aire acondicionado; estos consumen una potencia de más de 2KW cada uno, seguidos por el microondas con una potencias de 1,5 KW, el frigorífico con unos 0,8KW y el televisor unos 0,4 KW. Estas medidas de la potencia son orientativas, todo dependerá de los años que tenga cada electrodoméstico. Evidentemente un electrodoméstico más viejo consumirá más que uno de este año o el anterior.
Los consumidores son los encargados de negociar con la compañía de suministro eléctrico la potencia que necesitan contratar para su vivienda. Pero ¿cuál es la potencia de los electrodomesticos?
Dependiendo de los metros cuadrados y de la cantidad de electrodomésticos que se tengan, la potencia elegida será una u otra, dependiendo de las necesidades del usuario. Si no sabes la potencia que tienes o piensas que necesitas más, porque al encender juntas la lavadora, la plancha y la vitrocerámica saltan los plomos, debes de ponerte en contacto con el asesoramiento técnico de la empresa que suministra la electricidad a tu domicilio.
Una manera de abaratar la factura eléctrica es bajando la potencia. Si no necesitas tanta potencia lo mejor es bajarla ya que descenderá el precio de la factura considerablemente.
Tener menos potencia de la que necesitas suponen un verdadero problema ya que no podrás encender simultáneamente dos o tres electrodomésticos: si la potencia no es la adecuada, no ahorraras más solo tardarás más en hacer las tareas. Si la potencia es la adecuad la factura de la luz será la adecuada a las necesidades de tu hogar (mira también este artículo).
Hay modos de abaratar las facturas y que el consumo eléctrico sea inferior. Es importante que todos los electrodomésticos que no estén en uso estén apagados y no en situación de reposo: esto gasta, poco pero gasta.
Dejar un cargador de teléfono siempre enchufado aunque no esté conectado a un teléfono, gasta. Es un gasto fantasma, porque no se ve. No nos damos cuenta de que está ahí, pero está, y quizás en la factura de un mes no lo notas, pero en el cálculo de consumo anual de tu vivienda tendrás que tenerlo en cuenta.
No todos los hogares necesitan la misma potencia ni todas las casas consumen lo mismo: no es lo mismo contar con una calefacción eléctrica que con una de gas, no es lo mismo que haya cuatro televisores en la vivienda que uno solo, no es igual pasar la aspiradora a diario que barrer y, sobretodo, no es lo mismo que en una vivienda haya cuatro personas que dos.
Todos los gastos se pueden abaratar; podemos gastar menos en todo solo debemos adaptar nuestras costumbres a unas más sostenible y aprender a apagar las luces cuando no estamos en esa habitación, a darnos duchas más cortas y a ponernos un jersey en lugar de estar en manga corta en pleno enero.